La muerte, dama que espera a todos en algún lugar del camino, despliega en lo terrenal un abanico de prestaciones que son extremadamente redituables, y hay un gran ejército que espera deseoso ese momento no deseado por los demás. Y como todo ejército están desprovistos de sentimientos.
En la actualidad hay "cadenas" de casas de velatorios, florerias y cementerios privados, con un gran catálogo de productos para aquellos que no pueden elegir, pagar ni disfrutar.
Si del polvo venimos, y al polvo vamos, para qué? Para seguir exprimiendo el jugo a los billetes.
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