
dejando de tu rostro solo tus labios descubiertos.
Me tomo el tiempo,
te observo detenidamente,
dejando escapar un suspiro
como palabras que quiero decir, pero callo.
Me pongo a tu lado, pero aún sigues dormida.
Acaricio tus brazos, subiendo.
Tus hombros me invitan a seguir,
y tu cuello se convierte en mi blanco.
Mis labios chocan contra tu piel,
dejando una leve marca,
dejando parte de mí,
convirtiéndome en parte de tí.